Recomendación.

El otro día se me acabó el papel de baño y tuve que limpiarme con lo primero que tuve a la mano: unos Kleenex de esos especiales para cuando tienes gripe, equipados con sustancias antivirales y menthol y sábila y no se qué cosas más; sobra decir que la experiencia fue harto placentera. ¿Han visto esos comerciales de pastillas para el aliento donde a quien las consume le explota el hocico en una avalancha de frescura y la cara se les congela y quedan cubiertos en nieve? Pues se siente igual, nomás que en el culo.

Ya sé que suena medio gay toda esa onda de sentir placer por el culo, pero no se preocupen, yo llevo días limpiandome con esas madres y mi hombría sigue intacta. Hagan la prueba, no se arrepentirán, se los juro.

Pero, como sea, lo ocurrido sirvió para darme cuenta que ahí hay un nicho de mercado hasta ahora inexplorado: crítico de papel higiénico. Ya mandé mi propuesta a todos los diarios de mayor circulación para una columna semanal donde comparto mis impresiones de mis papeles higiénicos favoritos. Nombre tentativo: "Consintiendo a tu culo con Chidoguán".

Tengo la sensación de que ésta es la idea que por fin me sacará del hoyo e inscribirá mi nombre en los anales de la historia.