Sunday, October 31, 2004

Madrugada

La otra noche me desperté de madrugada. Todavía no salía el sol. Me sentía como si ya llevara horas despierto, no me podía volver a dormir. Prendí la tele y vi un partido de futbol europeo. Una muy espesa niebla cubría el campo, era imposible ver más allá de tres metros de distancia. La niebla era blanca y espesa, como la leche. Los jugadores pateaban el balón de un lado a otro, a ciegas, sin saber dónde estaba la portería.