Por Qué Me Retiré Del Vicio

Mi abuelo asegura haber sido inventor de la ley del hielo. Dice que antes que a él se le ocurriera esa onda, la gente no sabía cómo hacer sentir mal a aquellos que les habían hecho alguna chingadera. Pero a pesar de la gran contribución que mi abuelo hizo a la humanidad, hasta la fecha no ha recibido ningún reconocimiento y vive en la miseria, olvidado por todos y sin nadie con quién hablar. A mí nada me gustaría más que vivir con él, para cuidarlo y hacerle compañía pero, lamentablemebte, huele a miados bien cabrón.
Pero para continuar con la noble obra de mi abuelo, he inventado una nueva ley para castigar sutilmente a aquellas personas que nos haya hecho alguna mamada. Se llama la ley del aceite-hirviendo-en-la-cara y básicamente es lo mismo que la ley del hielo, pero en lugar de dejar de hablarle a la persona que queremos hacer sentir mal, se trata de aventarle un sartén lleno de aceite hirviendo en la cara. Es mucho más rápido y divertido que la ley de hielo y, con su ayuda, estoy seguro que no tardará en ponerse de moda.
Ahora, vayan y propaguen Mi Palabra.

Advertencia: Algunas personas son alérgicas al aceite-hirviendo-en-la-cara. Para mayores informes consulten a mi médico. Se llama Genaro y atiende en el asiento trasero de un Shadow en la esquina de Miramontes y Calzada de las Bombas.