Una de las cosas que más me preocupan actualmente es verme involucrado en alguna situación en la que tenga que beber mis propios miados. Ya saben, atrapado bajo los escombros de un edificio o en un bote salvavidas a la deriva por alta mar o que en el trabajo te transfieran al planeta Arrakis. Lo más cerca que he estado de ese tipo de situaciones fue una vez que me fui a Durango en camión Estrella Blanca, pero afortunadamente la cordura prevaleció. Lo que me preocupa es que, una vez que me encuentre en dicha situación, no sea capaz de beber mis propios miados para sobrevivir. Con ello en mente, he estado practicando diariamente como para irles perdiendo el asco. Un traguito hoy, dos traguitos mañana. Creo que todos deberían hacerlo. Sus vidas podrían depender de ello.
Lo que me saca un poco de onda es por qué la gente en esas situaciones se toma sus miados, pero no se come su caca. Digo, pus sí ya estás en esas, lo mejor para acompañar un buen trago de miados ha de ser un jugoso trozo de caca. ¿Pero por qué detenerse ahí? Las posibilidades para crear deliciosos platillos con fluidos corporales son infinitas. ¿Qué tal una sábana de cerilla, bañada en mocos, salteada en semen? (Nota de la Redacción: Creo que ya existe ese platillo en Vips, pero bueno, la idea es esa.)
Anyway, la pregunta es: ¿De qué cinco celebridades se llevarían sus miados a una isla desierta?
Los míos: Jesucristo, Albert Einstein, Lolita Ayala, Baruj Spinoza y Godzilla.